Posteado por: literartevueltabajero | 1 septiembre, 2010

Los libros y la naturaleza de Cuba

La naturaleza de nuestro archipiélago es un festín de colores y formas. Cada uno de nosotros comparte la responsabilidad de conservarla para las futuras generaciones. Gea, flora y fauna son las gemas más valiosas del tesoro que es Cuba.

La colección Güije, de ediciones Luminaria, Sancti Spíritus, Cuba, publicó del colega y hermano Abel Hernández Muñoz, el libro: “Cuba, encuentro con su naturaleza”, entrega dedicada al Congreso Internacional 70 aniversario de la Sociedad Espeleológica de Cuba.

Abel, ya consumado escritor, honra a su querida institución espeleológica con una salida escriturar profunda y sencilla a la vez, donde muestra resultados de sus estudios, en forma de pequeños relatos, que de pronto se convierten en bocadillos fáciles de digerir, sin necesidad de recurrir a aburridos diccionarios, porque encuentra la palabra exacta para evitar la torpeza al lector de detenerse en busca de mayor información, por ello, hace que el libro pueda ser leído de una sentada y deje a todos con el deseo de continuar recorriendo la naturaleza cubana; textos dirigidos a la divulgación científico-técnica, con los cuales cumple el pensamiento martiano que “Al venir a la tierra, todo hombre tiene derecho a que se le eduque, y después, en pago, el deber de contribuir a la educación de los demás”, por ello, el libro se hace bueno, porque es una lectura para todos y por todos.

A golpe de vista, en 119 páginas, divididas en 13 capítulos, se acerca a la génesis del Archipiélago cubano, que de forma muy comprensible permite hacerse una idea de cómo llegamos hasta aquí. Se recogen las características de la fauna cubana, con interesante análisis de cómo arribaron los animales a Cuba, desde el cretácico y el eoceno, los cuales debieron desaparecer ante los cataclismos naturales de entonces, pero que fue sustituida por aquellos grupos que arribaron al Archipiélago entre el mioceno superior y el plioceno. De vital importancia es la información que brinda acerca de los perezosos y monos cubanos, así como de otros mamíferos extintos, con la singularidad de describirnos a ciertos animales que nunca han sido observados por el hombre, como el enorme búho gigante (Ornimegalonyx oteroi) que medía 1,10 m y un águila gigantesca del pleistoceno (Titanohierax borrasi) con extensión alar de 3,5 m y un peso de 11 kg.

En el clima se exponen las causas por las cuales somos un país cálido en el oriente y subtropical en algunas porciones del occidente cubano. Importante es el estudio de la flora y la vegetación, donde el autor explica con amenidad conceptos que muchas veces son incomprensible en los libros especializados para los neófitos; resaltan además, los elevados valores de endemismo de las especies y la función de los bosques, elementos que permiten, a partir de este conocimiento básico, entusiasmar al lector y profundizar en tópicos desconocidos hasta entonces.

De vital importancia para adentrarse en el mundo del conocimiento faunístico son las nueve características que singularizan a Cuba, lo cual permite determinar nuestra autenticidad en este campo. El estudio de los mamíferos y peces fluviales demuestra lo reducido de estos grupos en el territorio nacional, todo lo contrario se observa para los reptiles, anfibios y las aves, mientras los más abundantes representantes de la mayoría de la fauna cubana son los invertebrados.

Todo aquel que penetre en los secretos de la naturaleza del Archipiélago llega a la misma conclusión, somos un sitio distintivo en el planeta, por ello, el trabajo de Abel es encomiable, crea una nueva ruta que refuerza la educación ambiental, en momentos donde existe una gran distancia entre el discurso y la acción, en cuanto a la conservación y preservación del planeta, por ello, gracias Abel, tu empeño no quedará trunco, los hombres y mujeres de hoy, acompañados de sus hijos y nietos, serán parte de ese ejército responsables de salvar el planeta y siempre recordarán que entre sus banderas y guía se encontraba el libro “Cuba, encuentro con la naturaleza”.

Cortesía de Pedro Luis Hernández Pérez

plh_espeleo@yahoo.es

Miembro Ordinario de la Sociedad Espeleológica de Cuba

Comité Espeleológico de Pinar del Río


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